Hoy me siento tentado por todo lo lejano,
por la muerte o el talento, por el confín del círculo,
y en un fiero oleaje de ácidas cordilleras,
las cuales se asemejan a mis afectos mórbidos.
Y tentado me encuentro de locura postiza,
de realidad alterna y de fractal vacío;
y asqueado de los yerros propios y ajenos, pues,
tentado a formatear la creación completa.
El báculo endiablado de mi insatisfacción
a la sed es análogo, a la sed de las aguas,
—deliro inexistente en negras osamentas—;
y soy como una pieza de algún rompecabezas,
por una ansiedad crónica, quemada y retorcida,
—aspiro a la llenura mediante lo imposible—.